Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 175

El empleado del aparcamiento aparece a gran velocidad con el coche de Christian y una enorme sonrisa en la cara. Vaya, hoy todo el mundo parece muy feliz. —Un coche magnífico, señor —comenta al entregarle las llaves a Christian. Él le guiña un ojo y le da una propina escandalosamente generosa. Yo le frunzo el ceño. Por Dios… Mientras avanzamos entre el tráfico, Christian está sumido en sus pensamientos. Por los altavoces suena la voz de una mujer joven, con un timbre precioso, rico, melodioso, y me pierdo en esa voz triste y conmovedora. —Tengo que desviarme un momento. No tardaremos —dice con aire ausente, y me distrae de la canción. Oh, ¿por qué? Estoy intrigada por conocer cuál es la s