Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 91
afeitado, y su barba de dos días hace la perspectiva doblemente tentadora. Mmm…
Me gustaría sentir su aspereza bajo mi lengua y mis dedos, contra mi cara.
—Cuando vuelas de noche, no ves nada. Tienes que confiar en los aparatos
—dice interrumpiendo mi fantasía erótica.
—¿Cuánto durará el vuelo? —consigo decir, casi sin aliento.
No estaba pensando en sexo, para nada.
—Menos de una hora… Tenemos el viento a favor.
En Seattle en menos de una hora… No está nada mal. Claro, estamos volando.
Queda menos de una hora para que lo descubra todo. Siento todos los músculos
de la barriga contraídos. Tengo un grave problema con las mariposas. Se me
reproducen en el estómago. ¿Qué me tendrá preparado?
—¿Estás bien, Anastasia?
—Sí.
Le contesto con la máxima brevedad porque los nervios me oprimen.
Creo que sonríe, pero es difícil asegurarlo en la oscuridad. Christian acciona
otro botón.
—Aeropuerto de Portland, aquí Charlie Tango, en uno-cuatro-mil, cambio.
Intercambia información con el control de tráfico aéreo. Me suena todo muy
profesional. Creo que estamos pasando del espacio aéreo de Portland al del
aeropuerto de Seattle.
—Entendido, Seattle, preparado, cambio y corto.
Señala un puntito de luz en la distancia y dice:
—Mira. Aquello es Seattle.
—¿Siempre impresionas así a las mujeres? ¿«Ven a dar una vuelta en mi
helicóptero»? —le pregunto realmente interesada.
—Nunca he subido a una mujer al helicóptero, Anastasia. También esto es una
novedad —me contesta en tono tranquilo, aunque serio.
Vaya, no me esperaba esta respuesta. ¿También una novedad? Ah, ¿se referirá a
lo de dormir con una mujer?
—¿Estás impresionada?
—Me siento sobrecogida, Christian.
Sonríe.