Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 90
—Estoy haciendo todas las comprobaciones previas al vuelo.
Oigo la incorpórea voz de Christian por los auriculares. Me giro y le sonrío.
—¿Sabes lo que haces? —le pregunto.
Se gira y me sonríe.
—He sido piloto cuatro años, Anastasia. Estás a salvo conmigo —me dice
sonriéndome de oreja a oreja—. Bueno, mientras estemos volando —añade
guiñándome un ojo.
¡Christian me ha guiñado un ojo!
—¿Lista?
Asiento con los ojos muy abiertos.
—De acuerdo, torre de control. Aeropuerto de Portland, aquí Charlie Tango
Golf-Golf Echo Hotel, listo para despegar. Espero confirmación, cambio.
—Charlie Tango, adelante. Aquí aeropuerto de Portland, avance por
uno-cuatro-mil, dirección cero-uno-cero, cambio.
—Recibido, torre, aquí Charlie Tango. Cambio y corto. En marcha —añade
dirigiéndose a mí.
El helicóptero se eleva por los aires lenta y suavemente.
Portland desaparece ante nosotros mientras nos introducimos en el espacio
aéreo, aunque mi estómago se queda anclado en Oregón. ¡Uau! Las luces van
reduciéndose hast a convertirse en un ligero parpadeo a nuestros pies. Es como
mirar al exterior desde una pecera. Una vez en lo alto, la verdad es que no se ve
nada. Está todo muy oscuro. Ni siquiera la luna ilumina un poco nuestro trayecto.
¿Cómo puede ver por dónde vamos?
—Inquietante, ¿verdad? —me dice Christian por los auriculares.
—¿Cómo sabes que vas en la dirección correcta?
—Aquí —me contesta señalando con su largo dedo un indicador con una
brújula electrónica—. Es un Eurocopter EC135. Uno de los más seguros. Está
equipado para volar de noche. —Me mira y sonríe—. En mi edificio hay un
helipuerto. Allí nos dirigimos.
Pues claro que en su edificio hay un helipuerto. Me siento totalmente fuera de
lugar. Las luces del panel de control le iluminan ligeramente la cara. Está muy
concentrado y no deja de controlar las diversas esferas situadas frente a él. Observo
sus rasgos con todo detalle. Tiene un perfil muy bonito, la nariz recta y la
mandíbula cuadrada. Me gustaría deslizar la lengua por su mandíbula. No se ha