Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 92
—¿Sobrecogida?
Por un instante vuelve a tener su edad.
Asiento.
—Lo haces todo… tan bien.
—Gracias, señorita Steele —me dice educadamente.
Creo que le ha gustado mi comentario, pero no estoy segura.
Durante un rato atravesamos la oscura noche en silencio. El punto de luz de
Seattle es cada vez mayor.
—Torre de Seattle a Charlie Tango. Plan de vuelo al Escala en orden. Adelante,
por favor. Preparado. Cambio.
—Aquí Charlie Tango, entendido, Seattle. Preparado, cambio y corto.
—Está claro que te divierte —murmuro.
—¿El qué?
Me mira. A la tenue luz de los instrumentos parece burlón.
—Volar —le contesto.
—Exige control y concentración… ¿cómo no iba a encantarme? Aunque lo que
más me gusta es planear.
—¿Planear?
—Sí. Vuelo sin motor, para que me entiendas. Planeadores y helicópteros. Piloto
las dos cosas.
—Vaya.
Aficiones caras. Recuerdo que me lo dijo en la entrevista. A mí me gusta leer, y
de vez en cuando voy al cine. Nada que ver.
—Charlie Tango, adelante, por favor, cambio.
La voz incorpórea del control de tráfico aéreo interrumpe mis fantasías.
Christian contesta en tono seguro de sí mismo.
Seattle está cada vez más cerca. Ahora estamos a las afueras. ¡Uau! Es
absolutamente impresionante. Seattle de noche, desde el cielo…
—Es bonito, ¿verdad? —me pregunta Christian en un murmullo.
Asiento entusiasmada. Parece de otro mundo, irreal, y siento como si estuviera
en un estudio de cine gigante, quizá de la película favorita de José, Blade Runner. El
recuerdo de José intentando besarme me incomoda. Empiezo a sentirme un poco