Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 441

—Anastasia, se te acaba de relajar el cuerpo entero —me dice con sequedad. —Bueno, parece que eres… un pelín celoso. —Lo soy, sí —dice amenazante—. Y harás bien en recordarlo. Pero gracias por preguntar. Iremos en el Charlie Tango. Ah, en el helicóptero, claro… Seré tonta… Otro vuelo… ¡guay! Sonrío. —¿Te puedo lavar yo a ti? —le pregunto. —Me parece que no —murmura, y me besa suavemente el cuello para mitigar el dolor de la negativa. Hago pucheros a la pared mientras él me acaricia la espalda con jabón. —¿Me dejarás tocarte algún día? —inquiero audazmente. Vuelve a detenerse, la mano clavada en mi trasero. —Apoya las manos en la pared, Anastasia. Voy a penetrarte otra vez —me susurra al oído agarrándome de las caderas, y sé que la discusión ha terminado. Más tarde, estamos sentados en la cocina, en albornoz, después de habernos comido la deliciosa pasta alle vongole de la señora Jones. —¿Más vino? —pregunta Christian con un destello de sus ojos grises. —Un poquito, por favor. El Sancerre es vigorizante y delicioso. Christian me sirve y luego se sirve él