Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 440
aprovecha para agarrarme el trasero y besarme el hombro. Se inclina sobre mí y me
huele el pelo, inspirando hondo. Me aprieta las nalgas.
—Me embriagas, señorita Steele, y me calmas. Una mezcla interesante.
Me besa el pelo. Luego me coge de la mano y me mete en la ducha.
—Au —chillo.
El agua está prácticamente hirviendo. Christian me sonríe mientras el agua le
cae por encima.
—No es más que un poco de agua caliente.
Y, en el fondo, tiene razón. Sienta de maravilla quitarse de encima el sudor de la
calurosa Georgia y el del intercambio sexual que acabamos de tener.
—Date la vuelta —me ordena, y yo obedezco y me pongo de cara a la pared—.
Quiero lavarte —murmura.
Coge el gel y se echa un chorrito en la mano.
—Tengo algo más que contarte —susurro mientras me enjabona los hombros.
—¿Ah, sí? —dice.
Respiro hondo y me armo de valor.
—La exposición fotográfica de mi amigo José se inaugura el jueves en Portland.
Se detiene, sus manos se quedan suspendidas sobre mis pechos. He dado
especial énfasis a la palabra «amigo».
—Sí, ¿y qué pasa? —pregunta muy serio.
—Le dije que iría. ¿Quieres venir conmigo?
Después de lo que me parece una eternidad, poco a poco empieza a lavarme
otra vez.
—¿A qué hora?
—La inauguración es a las siete y media.
Me besa la oreja.
—Vale.
En mi interior, mi subconsciente se relaja, se desploma y cae pesadamente en el
viejo y maltrecho sillón.
—¿Estabas nerviosa porque tenías que preguntármelo?
—Sí. ¿Cómo lo sabes?