Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 351

Sonríe con picardía. Lo dirá en broma, ¿no? —Si puedes poner a alguien a hacer eso, es que te sobra personal, desde luego. —Le mandaré un correo a la jefa de recursos humanos y le pediré que revise el recuento de personal. Tuerce la boca para ocultar la sonrisa. Ay, menos mal que ha recobrado el sentido del humor. La señora Jones nos sirve el desayuno y comemos en silencio durante unos minutos. Tras recoger los cacharros, la mujer se retira discretamente de la zona del salón. Lo miro. —¿Qué pasa, Anastasia? —¿Sabes?, al final no me has dicho por qué no te gusta que te toquen. Palidece y su reacción me hace sentirme culpable por preguntar. —Te he contado más de lo que le he contado nunca a nadie —dice en voz baja mientras me mira impasible. Y tengo claro que nunca le ha hecho confidencias a nadie. ¿No tiene amigos íntimos? Quizá se lo contara a la señora Robinson. Quiero preguntárselo, pero no puedo… no puedo meterme así en su vida. Niego con la cabeza al darme cuenta. Está solo, pero de verdad. —¿Pensarás en nuestro contrato mientras estás fuera? —pregunta. —Sí. —¿Me vas a echar de menos? Lo miro, sorprendida por la pregunta. —Sí —respondo con sinceridad. ¿Cómo puede haber llegado a significar tanto para mí en tan poco tiempo? Se me ha metido bajo la piel, literalmente. Sonríe y se le ilumina la mirada. —Yo también te voy a echar de menos. Más de lo que imaginas —me dice. Se me alegra el corazón al oír sus palabras. Lo está intentando, de verdad. Me acaricia suavemente la mejilla, se inclina y me besa con ternura.