Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 35
—¡Ana! Le gustas. No tengo la menor duda —afirma categóricamente.
—Kate, solo pretende ser amable.
Pero incluso mientras lo digo sé que no es verdad. Christian Grey no es amable.
Es educado, quizá. Y una vocecita me susurra: Tal vez Kate tiene razón. Se me
eriza el vello solo de pensar que quizá, solo quizá, podría gustarle. Después de
todo, es cierto que me ha dicho que se alegraba de que Kate no le hubiera hecho la
entrevista. Me abrazo a mí misma con silenciosa alegría y giro a derecha e
izquierda considerando la posibilidad de que por un instante pueda gustarle. Kate
me devuelve al presente.
—No sé cómo podremos hacer la sesión. Levi, nuestro fotógrafo habitual, no
puede. Ha ido a Idaho Falls a pasar el fin de semana con su familia. Se mosqueará
cuando sepa que ha perdido la ocasión de fotografiar a uno de los empresarios más
importantes del país.
—Mmm… ¿Y José?
—¡Buena idea! Pídeselo tú. Haría cualquier cosa por ti. Luego llamas a Grey y le
preguntas dónde quiere que vayamos.
Kate es insufriblemente desdeñosa con José.
—Creo que deberías llamarlo tú.
—¿A quién? ¿A José? —me pregunta en tono de burla.
—No, a Grey.
—Ana, eres tú la que tiene trato con él.
—¿Trato? —exclamo subiendo el tono varias octavas—. Apenas conozco a ese
tipo.
—Al menos has hablado con él —dice implacable—. Y parece que quiere
conocerte mejor. Ana, llámalo y punto.
Y me cuelga. A veces es muy autoritaria. Frunzo el ceño y le saco la lengua al
teléfono.
Estoy dejándole un mensaje a José cuando Paul entra en el almacén a buscar
papel de lija.
—Ana, tenemos trabajo ahí fuera —me dice sin acritud.
—Sí, perdona —murmuro, y me doy la vuelta para salir.
—¿De qué conoces a Christian Grey?
Paul intenta mostrarse indiferente, pero no lo consigue.