Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 336
Me pongo de rodillas, mirándolo.
Me pone los ojos en blanco, frustrado.
—Estás poniendo los ojos en blanco. La última vez que yo hice eso terminé
tumbada en tus rodillas.
—Huy, no me importaría volver a hacerlo.
Eso me da una idea.
—Si me lo cuentas, te dejo que lo hagas.
—¿Qué?
—Lo que has oído.
—¿Me estás haciendo una oferta? —me pregunta pasmado e incrédulo.
Asiento con la cabeza. Sí… esa es la forma
—Negociando.
—Esto no va así, Anastasia.
—Vale. Cuéntamelo y luego te pongo los ojos en blanco.
Ríe y percibo un destello del Christian despreocupado. Hacía un rato que no lo
veía. Se pone serio otra vez.
—Siempre tan ávida de información. —Me mira pensativo. Al poco, se baja con
elegancia de la cama—. No te vayas —dice, y sale del dormitorio.
La inquietud me atraviesa como una lanza, y me abrazo a mi propio cuerpo.
¿Qué hace? ¿Tendrá algún plan malvado? Mierda. Supón que vuelve con una vara
o algún otro instrumento de perversión? Madre mía, ¿qué voy a hacer entonces?
Cuando vuelve, lleva algo pequeño en las manos. No veo lo que es, pero me muero
de curiosidad.
—¿A qué hora es tu primera entrevista de mañana? —pregunta en voz baja.
—A las dos.
Lentamente se dibuja en su rostro una sonrisa perversa.
—Bien.
Y ante mis ojos, cambia sutilmente. Se vuelve duro, intratable… sensual. Es el
Christian dominante.
—Sal de la cama. Ponte aquí de pie. —Señala a un lado de la cama y yo me bajo
y me coloco en un abrir y cerrar de ojos. Me mira fijamente, y en sus ojos brilla una
promesa—. ¿Confías en mí? —me pregunta en voz baja.