Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 207

—¿Normal o con gas? —Con gas, por favor. El camarero se marcha. —Estás muy callada —me susurra Christian. —Tú estás muy hablador. Sonríe. —Disciplina. La línea que separa el placer del dolor es muy fina, Anastasia. Son las dos caras de una misma moneda. La una no existe sin la otra. Puedo enseñarte lo placentero que puede ser el dolor. Ahora no me crees, pero a eso me refiero cuando hablo de confianza. Habrá dolor, pero nada que no puedas soportar. Volvemos al tema de la confianza. ¿Confías en mí, Ana? ¡Ana! —Sí, confío en ti —le contesto espontáneamente, sin pensarlo. Y es cierto. Confío en él. —De acuerdo —me dice aliviado—. Lo demás son simples detalles. —Detalles importantes. —Vale, comentémoslos. Me da vueltas la cabeza con tantas palabras. Tendría que haberme traído la grabadora de Kate para poder volver a oír después lo que me dice. Demasiada información, demasiadas cosas que procesar. El camarero vuelve a aparecer con el segundo plato: bacalao, espárragos y puré de patatas con salsa holandesa. En mi vida había tenido menos hambre. —Espero que te guste el pescado —me dice Christian en tono amable. Pincho mi comida y bebo un largo trago de agua con gas. Me gustaría mucho que fuera vino. —Hablemos de las normas. ¿Rompes el contrato por la comida? —Sí. —¿Puedo cambiarlo y decir que comerás como mínimo tres veces al día? —No. No voy a ceder en este tema. Nadie va a decirme lo que tengo que comer. Cómo follo, de acuerdo, pero lo que como… no, ni hablar. —Necesito saber que no pasas hambre.