Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 203
—Eso espero.
—Vamos, he reservado un comedor privado.
Me sonríe enigmáticamente y sale del reservado tendiéndome una mano.
—Tráete el vino —murmura.
Le cojo de la mano, salgo y me paro a su lado. Me suelta la mano, me toma del
brazo, cruzamos el bar y subimos una gran escalera hasta un entresuelo. Un chico
con uniforme del Heathman se acerca a nosotros.
—Señor Grey, por aquí, por favor.
Lo seguimos por una lujosa zona de sofás hasta un comedor privado, con una
sola mesa. Es pequeño, pero suntuoso. Bajo una lámpara de araña encendida, la
mesa está cubierta por lino almidonado, copas de cristal, cubertería de plata y un
ramo de rosas blancas. Un encanto antiguo y sofisticado impregna la sala, forrada
con paneles de madera. El camarero me retira la silla y me siento. Me coloca la
servilleta en las rodillas. Christian se sienta frente a mí. Lo miro.
—No te muerdas el labio —susurra.
Frunzo el ceño. Maldita sea. Ni siquiera me he dado cuenta de que estaba
haciéndolo.
—Ya he pedido la comida. Espero que no te importe.
La verdad es que me parece un alivio. No estoy segura de que pueda tomar más
decisiones.
—No, está bien —le contesto.
—Me gusta saber que puedes ser dócil. Bueno, ¿dónde estábamos?
—En el meollo de la cuestión.
Doy otro largo trago de vino. Está buenísimo. A Christian Grey se le dan bien
los vinos. Recuerdo el último trago que me ofreció, en mi cama