Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 185

Mueve sus tentadores dedos despacio, dentro y fuera, y yo empujo hacia él alzando las caderas. —Eres una glotona —me regaña suavemente. Traza círculos alrededor de mi clítoris con el pulgar y luego lo presiona. Jadeo y mi cuerpo da sacudidas bajo sus expertos dedos. Estira un brazo y me retira la camiseta de los ojos para que pueda verlo. La tenue luz de la lámpara me hace parpadear. Deseo tocarlo. —Quiero tocarte —le digo. —Lo sé —murmura. Se inclina y me besa sin dejar de mover los dedos rítmicamente dentro de mi cuerpo, trazando círculos y presionando con el pulgar. Con la otra mano me recoge el pelo hacia arriba y me sujeta la cabeza para que no la mueva. Replica con la lengua el movimiento de sus dedos. Empiezo a sentir las piernas rígidas de tanto empujar hacia su mano. La aparta, y yo vuelvo al borde del abismo. Lo repite una y otra vez. Es tan frustrante… Oh, por favor, Christian, grito por dentro. —Este es tu castigo, tan cerca y de pronto tan lejos. ¿Te parece esto agradable? —me susurra al oído. Agotada, gimoteo y tiro de mis brazos atados. Estoy indefensa, perdida en una tortura erótica. —Por favor —le suplico. Al final se apiada de mí. —¿Cómo quieres que te folle, Anastasia? Oh… mi cuerpo empieza a temblar y vuelve a quedarse inmóvil. —Por favor. —¿Qué quieres, Anastasia? —A ti… ahora —grito. —Dime cómo quieres que te folle. Hay una variedad infinita de maneras —me susurra al oído. Alarga la mano hacia el paquetito plateado de la mesita de noche. Se arrodilla entre mis piernas y, muy despacio, me quita las bragas sin dejar de mirarme con ojos brillantes. Se pone el condón. Lo miro fascinada, anonadada. —¿Te parece esto agradable? —me dice acariciándose. —Era una broma —gimoteo.