Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 14

Pero creo que no está siendo sincero. No tiene sentido. ¿Alimentar a los pobres del mundo? No veo por ningún lado qué beneficios económicos puede proporcionar. Lo único que veo es que se trata de una idea noble. Echo un vistazo a la siguiente pregunta, confundida por su actitud. —¿Tiene una filosofía? Y si la tiene, ¿en qué consiste? —No tengo una filosofía como tal. Quizá un principio que me guía… de Carnegie: «Un hombre que consigue adueñarse absolutamente de su mente puede adueñarse de cualquier otra cosa para la que esté legalmente autorizado». Soy muy peculiar, muy tenaz. Me gusta el control… de mí mismo y de los que me rodean. —Entonces quiere poseer cosas… Es usted un obseso del control. —Quiero merecer poseerlas, pero sí, en el fondo es eso. —Parece usted el paradigma del consumidor. —Lo soy. Sonríe, pero la sonrisa no ilumina su mirada. De nuevo no cuadra con una persona que quiere alimentar al mundo, así que no puedo evitar pensar que estamos hablando de otra cosa, pero no tengo ni la menor idea de qué. Trago saliva. En el despacho hace cada vez más calor, o quizá sea cosa mía. Solo quiero acabar de una vez la entrevista. Seguro que Kate tiene ya bastante material. Echo un vistazo a la siguiente pregunta. —Fue un niño adoptado. ¿Hasta qué punto cree que ha influido en su manera de ser? Vaya, una pregunta personal. Lo miro con la esperanza de que no se ofenda. Frunce el ceño. —No puedo saberlo. Me pica la curiosidad. —¿Qué edad tenía cuando lo adoptaron? —Todo el mundo lo sabe, señorita Steele —me contesta muy serio. Mierda. Sí, claro. Si hubiera sabido que iba a hacer esta entrevista, me habría informado un poco. Cambio de tema rápidamente. —Ha tenido que sacrificar su vida familiar por el trabajo. —Eso no es una pregunta —me replica en tono seco. —Perdón.