Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 138
Se acerca al armario y vuelve con una corbata gris de seda.
—Junta las manos por delante —me ordena quitándome la toalla y tirándola al
suelo.
Hago lo que me pide. Me rodea las muñecas con la corbata y hace un nudo
apretado. Los ojos le brillan de excitación. Tira de la corbata para asegurarse de
que el nudo no se mueve. Tiene que haber sido boyscout para saber hacer estos
nudos. ¿Y ahora qué? Se me ha disparado el pulso y el corazón me late a un ritmo
frenético. Desliza los dedos por mis trenzas.
—Pareces muy joven con estas trenzas —murmura acercándose a mí.
Retrocedo instintivamente hasta que siento la cama detrás de las rodillas. Se
quita la toalla, pero no puedo apartar los ojos de su cara. Su expresión es ardiente,
llena de deseo.
—Oh, Anastasia, ¿qué voy a hacer contigo? —me susurra.
Me tiende sobre la cama, se tumba a mi lado y me levanta las manos por encima
de la cabeza.
—Deja las manos así. No las muevas. ¿Entendido?
Sus ojos abrasan los míos y su intensidad me deja sin aliento. No es un hombre
al que quisiera hacer enfadar.
—Contéstame —me pide en voz baja.
—No moveré las manos —le contesto sin aliento.
—Buena chica —murmura.
Y deliberadamente se pasa la lengua por los labios muy despacio. Me fascina su
lengua recorriendo lentamente su labio superior. Me mira a los ojos, me observa,
me examina. Se inclina y me da un casto y rápido beso en los labios.
—Voy a besarle todo el cuerpo, señorita Steele —me dice en voz baja.
Me agarra de la barbilla y me la levanta, lo que le da acceso a mi cuello. Sus
labios se deslizan por él, descienden por mi cuello besándome, chupándome y
mordisqueándome. Todo mi cuerpo vibra expectante. El baño me ha dejado la piel
hipersensible. La sangre caliente desciende lentamente hasta mi vientre, entre las
piernas, hasta mi sexo. Gimo.
Quiero tocarlo. Muevo las manos, pero, como estoy atada, le toco el pelo con
bastante torpeza. Deja de besarme, levanta los ojos y mueve la cabeza de un lado a
otro chasqueando la lengua. Me sujeta las manos y vuelve a colocármelas por
encima de la cabeza.