Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 137
—¿Lo habías hecho antes?
—No.
No puedo ocultar un ligero matiz de orgullo en mi negativa.
—Bien —me dice complacido y, según creo, aliviado—. Otra novedad, señorita
Steele. —Me evalúa con la mirada—. Bueno, tienes un sobresaliente en técnicas
orales. Ven, vamos a la cama. Te debo un orgasmo.
¡Otro orgasmo!
Sale rápidamente de la bañera y me ofrece la primera imagen íntegra del Adonis
de divinas proporciones que es Christian Grey. La diosa que llevo dentro ha
dejado de bailar y lo observa también, boquiabierta y babeando. Su erección se ha
reducido, pero sigue siendo importante… Uau. Se enrolla una toalla pequeña en la
cintura para cubrirse mínimamente y saca otra más grande y suave, de color
blanco, para mí. Salgo de la bañera y le cojo la mano que me tiende. Me envuelve
en la toalla, me abraza y me besa con fuerza, metiéndome la lengua en la boca.
Deseo estirar los brazos y abrazarlo… tocarlo… pero los tengo atrapados dentro de
la toalla. No tardo en perderme en su beso. Me sujeta la cabeza con las manos, me
recorre la boca con la lengua y me da la sensación de que está expresándome su
gratitud… ¿quizá por mi primera felación?
Se aparta un poco, con las manos a ambos lados de mi cara, y me mira a los ojos.
Parece perdido.
—Dime que sí —susurra fervientemente.
Frunzo el ceño, porque no lo entiendo.
—¿A qué?
—A nuestro acuerdo. A ser mía. Por favor, Ana —susurra suplicante, recalcando
el «por favor» y mi nombre.
Vuelve a besarme con pasión, y luego se aparta y me mira parpadeando. Me
coge de la mano y me conduce de vuelta al dormitorio. Me tambaleo un poco, así
que lo sigo mansamente, aturdida. Lo desea de verdad.
Ya en el dormitorio, me observa junto a la cama.
—¿Confías en mí? —me pregunta de pronto.
Asiento con los