Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 114
piernas? Caigo sobre la cama gimiendo. Oigo su risa ahogada.
—Ana, no te imaginas lo que podría hacer contigo —me susurra.
Me quita la otra zapatilla y el calcetín, y después se levanta y me quita los
vaqueros. Estoy tumbada en su cama, en bragas y sujetador, y él me mira
detenidamente.
—Eres muy hermosa, Anastasia Steele. Me muero por estar dentro de ti.
¡Vaya manera de hablar! Es todo un seductor. Me corta la respiración.
—Muéstrame cómo te das placer.
¿Qué? Frunzo el ceño.
—No seas tímida, Ana. Muéstramelo —me susurra.
Muevo la cabeza.
—No entiendo lo que quieres decir —le contesto con voz ronca, tan empapada
de deseo que apenas la reconozco.
—¿Cómo te corres sola? Quiero verlo.
Muevo la cabeza.
—No me corro sola —murmuro.
Alza las cejas, atónito por un momento, sus ojos se vuelven impenetrables y
niega con la cabeza como si no pudiera creérselo.
—Bueno, veremos qué podemos hacer —me dice en voz baja, desafiante, en un
tono de amenaza exquisitamente sensual.
Se desabrocha los botones de los vaqueros y se los quita despacio sin apartar los
ojos de los míos. Se inclina sobre mí, me agarra de los tobillos, me separa
rápidamente las piernas y avanza por la cama entre ellas. Se queda suspendido
encima de mí. Me retuerzo de deseo.
—No te muevas —murmura.
Se inclina, me besa la parte interior de un muslo y va subiendo, sin dejar de
besarme, hasta mis bragas de encaje.
Ay… No puedo quedarme quieta. ¿Cómo no voy a moverme? Me retuerzo
debajo de él.
—Vamos a tener que trabajar para que aprenda 2VVF'FRV