Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 104

—¿Y cómo llegaste a ser así? —¿Por qué cada uno es como es? Es muy difícil saberlo. ¿Por qué a unos les gusta el queso y otros lo odian? ¿Te gusta el queso? La señora Jones, mi ama de llaves, ha dejado queso para la cena. Saca dos grandes platos blancos de un armario y coloca uno delante de mí. Y ahora nos ponemos a hablar del queso… Maldita sea… —¿Qué normas tengo que cumplir? —Las tengo por escrito. Las veremos después de cenar. Comida… ¿Cómo voy a comer ahora? —De verdad que no tengo hambre —susurro. —Vas a comer —se limita a responderme. El dominante Christian. Ahora está todo claro. —¿Quieres otra copa de vino? —Sí, por favor. Me sirve otra copa y se sienta a mi lado. Doy un rápido sorbo. —Te sentará bien comer, Anastasia. Cojo un pequeño racimo de uvas. Con esto sí que puedo. Él entorna los ojos. —¿Hace mucho que estás metido en esto? —le pregunto. —Sí. —¿Es fácil encontrar a mujeres que lo acepten? Me mira y alza una ceja. —Te sorprenderías —me contesta fríamente. —Entonces, ¿por qué yo? De verdad que no lo entiendo. —Anastasia, ya te lo he dicho. Tienes algo. No puedo apartarme de ti. —Sonríe irónicamente—. Soy como una polilla atraída por la luz. —Su voz se enturbia—. Te deseo con locura, especialmente ahora, cuando vuelves a morderte el labio. Respira hondo y traga saliva. El estómago me da vueltas. Me desea… de una manera rara, es cierto, pero este hombre guapo, extraño y pervertido me desea. —Creo que le has dado la vuelta a ese cliché —refunfuño.