Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 103

—Tienes que comer, Anastasia —me regaña. Me coge de la mano y volvemos al piso de abajo. De vuelta en el salón increíblemente grande, me siento muy inquieta. Estoy al borde de un precipicio y tengo que decidir si quiero saltar o no. —Soy totalmente consciente de que estoy llevándote por un camino oscuro, Anastasia, y por eso quiero de verdad que te lo pienses bien. Seguro que tienes cosas que preguntarme —me dice soltándome la mano y dirigiéndose con paso tranquilo a la cocina. Tengo cosas que preguntarle. Pero ¿por dónde empiezo? —Has firmado el acuerdo de confidencialidad, así que puedes preguntarme lo que quieras y te contestaré. Estoy junto a la barra de la cocina y observo cómo abre el frigorífico y saca un plato de quesos con dos enormes racimos de uvas blancas y rojas. Deja el plato en la encimera y empieza a cortar una baguette. —Siéntate —me dice señalando un taburete junto a la barra. Obedezco su orden. Si voy a aceptarlo, tendré que acostumbrarme. Me doy cuenta de que se ha mostrado dominante desde que lo conocí. —Has hablado de papeleo. —Sí. —¿A qué te refieres? —Bueno, aparte del acuerdo de confidencialidad, a un contrato que especifique lo que haremos y lo que no haremos. Tengo que saber cuáles son tus límites, y tú tienes que saber cuáles son los míos. Se trata de un consenso, Anastasia. —¿Y si no quiero? —Perfecto —me contesta prudentemente. —Pero ¿no tendremos la más mínima relación? —le pregunto. —No. —¿Por qué? —Es el único tipo de relación que me interesa. —¿Por qué? Se encoge de hombros. —Soy así.