MISTERIOS
DIOS, LA MUJER Y EL ARTE
Cesar Angulo Barrientos
Mucho más allá de la vida, y su propio sol.
Las ansias nacen para abrir los ojos adentro tuyo,
con desnudo misterio el deseo de seguir tejiendo
pasos al sol
tropezando con estrellas y encender sus brillos para
mis ojos.
Vivir así, sin respuesta a mi sueño y deseo
con el afán de descubrir quién eres, morir viviendo.
Lo sé, apenas un paso más para entender el misterio.
Amando tu vuelo, parte de mi viento
fuera y mucho más allá de la piel,
dentro y muy profundo en el ser,
en el calor de formas y colores
¡Encendido me arrebata el misterio
a besar tu imagen aun sin conocer!
De la música enciende memoria tu voz
el misterio de saber quién eres y a dónde llegaré hoy,
en silencio por si te escucho de nuevo, el deseo.
Suspira el sueño despierto por si acaso te apareces un
día como hoy.
Muchas lunas revelaron un secreto:
¡Al momento dale alma y nacerá un verso!
¡Al alma dale un momento y nacerá un canto!
¡A la inspiración dale corazón y verás a Dios!
Y entonces llénalo de tu alma, de fe y corazón
fórmalo de sabiduría, domínalo en poesía,
borra sus imperfecciones y su mentira
Quítate de tu miedo y mantén el misterio
y solo entonces baja a Dios a tu lado,
páralo frente a ti como espejo
y entenderán ambos, de lo que hablo,
cuando quede solo la mujer mirándote en el reflejo.
Y aun así, el misterio seguirá rondando
y la vida del hombre tratando de entenderlo.
Más allá quiénes somos al vestir el momento.
de romper la mentira del miedo a lo eterno,
a través del reflejo de lo que hacemos,
es encontrarnos a nosotros mismos
en el mismo espejo y en él vernos muy adentro
y que somos dos manos del mismo ser que se unen de nuevo;
ese es mi arte, ella eres tú, los dos bajo los ojos de Dios.
Todos misterios, de saber qué hay algo más en lo que hacemos.
Provoca amar, provoca creer imaginando al extraño ser
y echo a llorar si veo arte al sentir su hombro desnudar,
y abrigue mi lienzo que reverencia su desnudez
¡Yo ardo de culpa de querer más y volver otra y otra vez más
a ver!
A tu alma vistiendo al cielo que se esconde en mis ojos al amar,
mezcla de alma, fortaleza y virtud.
Un gran camino por recorrer,
uno que acompañe el alma de un atrevido espíritu de vuelta
casi al principio donde la música quiso tener nombre
y que, entre lágrimas de alegría pude pronunciar el tuyo.
Entiende que a la poesía le dieron alas para que te adornen,
antes que Dios diga: he allí carne de tu carne,
dije primero: ¡Ella y siempre ella, alma de mi ser!
¡Ella es mi arte, mi virtud solo tú, y nadie más que tú!
¡Mi musa, mi arte, los dos por siempre bajo los ojos de Dios!
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Boletín N° 28, marzo del 2017