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Yhon León-Chinchilla 9
vida y la calidad de los servicios de las poblaciones rurales, especialmente las mujeres, los niños y jóvenes, Incluyendo un enfoque de interculturalidad en el tratamiento de los derechos humanos.”( pág. 26), pero no será posible lograrlo si no se combate primero el aspecto económico y la situación de pobreza en la que se encuentran estas comunidades. En una sociedad verticalmente jerarquizada y segmentada, en clases sociales, grupos étnicos y grupos culturales, no puede existir un“ desarrollo” sano, donde las culturas de las mayorías y minorías coexistan pacíficamente. Con una economía estable los padres de estos niños, con una democracia solidad y una verdadera interculturalidad, solo así el estado puede garantizarnos el cumplimiento de todos los derechos fundamentales, tanto en el niño y como en todos los ciudadano como niños libres y creativos que enrumben el desarrollo genuino del país, y decir como Arguedas( 1968)“ Yo no soy un aculturado” y los pueblos andinos y rurales salgan de su situación oprimida por el desprecio social, dominada políticamente y la explotada económicamente en el propio suelo donde realizó hazañas por las que la historia lo consideró como gran pueblo.
BIBLIOGRAFÍA
Arguedas, J. M.( 1968). Yo no soy un aculturado. En J. M. Arguedas, El zorro de arriba y el zorro de abajo( Vols. Colección Archivos, 14, pág. 15). Lima.
Barnen, R.( 1998). El trabajo infantil en el Perú. Apuntes de interpretación histórica. Lima: Instituto de Formación de Educadores de Jóvenes, Adolescentes y Niños Trabajadores de América Latina y el Caribe IFEJANT.