LIMASHUM Nº 45 45-LIM-REDES | Page 4

D icen que las personas so- mos descen- dientes de los monos, qui- zás por la fi- sionomía y algunos ras- gos semejan- tes; pero hubo un tiempo en el que existió un hom- bre que sin lugar a du- das era descendiente de un jaguar: era ágil, escurri- dizo, fuerte y perspicaz. Su nombre era Kuypor, hijo del gran Hetusan, líder de una raza de guerreros nobles dedicados a proteger la gran ciudad de Lexar; los habitantes de esta ciu- dad guardaban mucho respeto a estos nobles guerreros ya que ellos los protegían de las innu- merables amenazas que venían de otros lugares. Los habitantes de Lexar se dedicaban a la agricultura, a la ganadería, a la pesca y a fines comerciales que los hacían prosperar como ciu- dad. Pero eso tendría un cambio significativo con la llegada de unos hechiceros extraños, de tierras muy lejanas, quienes ofrecían productos que te podían volver más joven, otros que te po- dían volver más fuerte, o quizás adquirir poderes para viajar a través del mundo de los sueños. La gente al principio tuvo miedo de que gente ex- traña les ofreciera todo esto solo a cambio de un poco de granos de maíz o algún animal pequeño; y tuvieron desconfianza, pero a la vez lo desco- nocido les llamaba la atención. Es así como algunos se atrevieron a inter- cambiar sus productos por algunas de estas po- ciones. La mayoría elegía la fuerza, querían ser igual que los guerreros que los protegían y poco a poco la gente empezó a verse como ellos, fuer- tes, veloces, tenaces. Pero no tenían algo que era muy importante, el sacrifico de haber llegado hasta ahí. Kuypor al ver todo esto se enfureció mucho, ya que muchas personas querían unirse a la legión de guerreros, pero él no aceptaba a ninguno. Sa- bía que esta gente no podía demostrar el va- lor y coraje que ellos tenían, que solo eran personas comunes y corrientes con un poco más de fuerza, y se los quiso demostrar. Instó a un combate entre los mejores guerreros de Le- xar, y todo aquel que se sienta capaz de desafiar- los. La gente se emocionó al escuchar esta noti- cia y acudió por multitudes. Muchos de ellos un día antes eran simples agricultores, pero ese día querían ser guerreros. El duelo era simple, era un combate cuerpo a cuerpo tipo torneo; Kuypor hacia ver que el duelo era muy sencillo, casi como un juego, él derrotaba a cualquier adversario, sea guerrero o ciudadano. Pero cada vez que peleaba con al- guno de estos ciudadanos, sentía que su cuerpo se iba volviendo más débil. Algo extraño estaba sucediendo, la pócima no solo ayudaba a ganar fuerza al que la consumía, sino que hacia perder parte de ésta a su adversario. Sin embargo Kuypor no quería sentirse dé- bil, y siguió combatiendo pero a la vez iba per- diendo su fuerza y agilidad. A pesar de todo llegó al combate final, se enfrentaría a uno de es- tos hechiceros que, con magia o no, había lo- grado vencer a los otros. Ahora era turno del guerrero más fuerte, la gente apoyaba a Kuypor, sabían que él podría vencerlo fácilmente, un he- chicero no podía ser rival para un guerrero como él, pero algo iba mal, Kuypor estaba parado en medio de la arena sin poder moverse, la gente lo alentaba, pero era como si solo su cuerpo se en- contrara en ese lugar y su mente este en otro mundo. El hechicero se le acerco y utilizando un cuchillo le atravesó el corazón. Todos vieron cómo el guerrero más fuerte de Lexar caía en esa arena, pero no solo Kuypor