Lima: Capital Gastronómica de América Latina volumen 1 | Page 9

Este restaurante, el primero de Rafael Osterling, nació en el año 2000 de la pasión, la dedicación y el amor a la cocina.

Se encuentra ubicado en una casa republicana limeña de comienzos del siglo veinte la cual genera un ambiente familiar y cotidiano, la evocación de momentos pasados y el disfrute de los elementos que concurren alrededor de la mesa: la comodidad, el bienestar y la conversación.

La misión del restaurante es ofrecer a los comensales una conexión entre el espacio y una cocina casera de alto nivel, honesta y pura, pero también de experimentación, siempre atenta a rememorar sabores conocidos y en estrecha relación con la tradición. Y su visión es ser siempre una cocina libre, respetuosa del producto y del rigor de la técnica, pero que, sobre todo, apunta al placer de la buena mesa.

placer de la buena mesa.

Rafael es conocido por celebra la ecléctica cultura culinaria del Perú. El menú se basa en la diversa herencia culinaria del país, fusionando ingredientes nativos tradicionales con influencias italianas, asiáticas y nikkei. Piensa en todo, desde ceviche y tiraditos hasta pizza y sashimi. Destacan los pulpos a la parrilla con pimiento chimichurri, aceitunas Kalamata y ajo confitado.

El servicio de sala se ha puesto más a la orden y el encantador ambiente empapado de diseño mantiene el espíritu acogedor a pesar del mantel banco. Muchos expertos han llegado a decir que la carta de este lugar es una de las cartas más coherentes y mejor dibujadas de Lima, y que la devoción al producto se traslada a cada uno de sus platos.

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