LICEO ANTIOQUEÑO DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA LICEO UDEA | Page 159

De Liceo a Ciudadela Universitaria. Historia de la sede de Robledo de la Universidad de Antioquia Liceístas en la Ciudadela Algunos liceístas que hoy laboran como docentes y empleados en la Ciudadela de Robledo son: Profesora Rubiela Arboleda Gómez Licenciada en Educación Física, Antropóloga y Magister en Problemas Sociales Contemporáneos (Universidad de Antioquia), Doctora en Estudios Científicos Sociales (ITESO, México). La Doctora Rubiela Arboleda recuerda algunos momentos de su historia con el Liceo y la Universidad: Mi vínculo con la Universidad viene desde la época del Liceo a donde, de niña, acompañé en más de una ocasión a mi mamá a las reuniones de entrega de notas de uno de mis hermanos que estudiaba aquí, y me extasiaba viendo todo esto tan bello, me impresionaban mucho los murales. También era muy cercana a la familia del profesor Hernán Castañeda Gómez porque fui compañera de estudio y amiga de su hija Nora en el colegio Javiera Londoño durante el bachillerato; Don Hernán nos traía a pasear al Liceo y era una verdadera delicia, ¡Yo aprendí a nadar aquí, en la piscina del Liceo Antioqueño! También fui scout y esta era la sede del grupo primero scout, entonces también esta actividad me vinculaba con el Liceo. Años después regresé como practicante de educación física y luego como profesora, coordinando el área de Educación Física; fue una época muy difícil, sobre todo al comienzo porque los profesores eran hombres y para algunos era un escándalo que una mujer fuera profesora del área, que hasta entonces era muy militarista o muy enfocada hacia el deporte de rendimiento. Pero también fue una época muy bella, de un gran aprendizaje para mí; hicimos cosas muy interesantes, por ejemplo las clases eran simultáneas para todos los grupos del mismo año y mezclábamos a los alumnos que rotaban por semana con los diferentes profesores de educación física, lo que les permitía aprender de todos ellos y conocer diferentes estilos y métodos de enseñanza, familiarizarse con la vida universitaria y socializar con sus compañeros de los otros grupos. En los últimos años del Liceo hicimos todo lo estuvo a nuestro alcance para evitar su cierre y aún me niego a aceptar esa decisión, pero reconozco que era muy difícil controlar la situación. La historia del Liceo es algo que todavía me mortifica un poco porque me parece muy triste. 159