LICEO ANTIOQUEÑO DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA LICEO UDEA | Page 156
De Liceo a Ciudadela Universitaria. Historia de la sede de Robledo de la Universidad de Antioquia
evidenciaba por su pobre desarrollo; muchos escasamente sobrevivían por falta de luz,
plagas, deficiente nutrición y excesiva competencia.
Hicimos un inventario en el que fue evidente el gran desbalance en la variedad de
especies, por ejemplo hay muchos mangos o eucaliptos y uno o pocos individuos de
especies nativas, como ocurre con el cativo, árbol de la región de Urabá y Chocó, del cual
al parecer sólo hay un ejemplar en toda la ciudad; y no es el único, aquí encontramos
árboles que no tiene el jardín botánico, por ejemplo. Toda esta información quedó
consignada en el plan que elaboré.
Un propósito fundamental del Plan es que las zonas verdes sirvan para la docencia y la
investigación, que se conviertan en un laboratorio donde los estudiantes, por ejemplo los
de Ciencias Agrarias, puedan conocer esos árboles que ven en los libros, les refieren sus
profesores o encuentran cuando ejercen su profesión.
Otro aspecto muy importante, como le mencioné, es buscar que estos espacios sean
para el disfrute de las personas, para lo cual es necesario talar, reemplazar o reubicar
algunos árboles porque mire, por ejemplo, uno no ve que la gente se quede mucho
tiempo debajo de un árbol mango, porque es como muy oscuro, frío o hay muchos
zancudos y en cambio hay otros árboles que atraen más a las personas.
Y el aspecto paisajístico, estético, también es esencial para el disfrute; aplicamos como
principio la transparencia, que haya una excelente visibilidad e iluminación,
simbolizando lo que deben ser las actuaciones de las personas en la Universidad y la
posibilidad de ver más allá. Hemos sembrado jardines en aquellos espacios que los
sociólogos llaman no-lugares, que son como sitios olvidados o ignorados, para
recuperarlos poco a poco, para darles vida.
Por todas estas razones buscamos favorecer la diversidad y conservación de especies,
especialmente las propias, sembrando árboles que no tenemos aquí, lo que permite el
desarrollo de un ecosistema más rico.
Una ventaja del plan es que ya hay mayor autonomía y claridad para el manejo de las
zonas verdes. Por ejemplo, antes había que esperar entre tres y cuatro meses para que el
Área Metropolitana autorizara la tala de un árbol y ahora todo es más ágil. Existe
además el compromiso de reponer con tres árboles cada individuo que se tala, hecho que
las autoridades pueden verificar porque todos los tiene identificados el municipio.
Aquí conté con la fortuna de empezar a trabajar con Don Nicolás, que es de la región del
Magdalena Medio y con Wilson, que es de Urabá; ambos son del campo y conocen
mucho sobre los árboles, además aprenden muy rápido, preguntan, son muy dedicados,
cuidadosos, amables y le saben llegar a la gente; hacen pues muy bien su trabajo y ya
han recibido muy buena capacitación.
Se nos ha dicho que hacemos las cosas a escondidas, pero ¿cómo vamos a talar un árbol
con las personas por ahí cerca, a sabiendas del riesgo que implica; o cómo vamos a usar
una motosierra cuando la Universidad está en sus actividades normales? Tenemos que
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