De Liceo a Ciudadela Universitaria. Historia de la sede de Robledo de la Universidad de Antioquia
Doctora Gladys Vélez Serna
Es Zootecnista, Ingeniera Agrónoma, Magister en Silvicultura y Manejo de Bosques y Magister en Planeación Urbano Regional. Ejerció como docente e investigadora en la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, de donde es jubilada. Es autora y coautora de varias publicaciones. En la actualidad asesora a diferentes instituciones y empresas constructoras en proyectos urbanísticos. Por su vocación, trayectoria y experiencia es, sin duda alguna, una de las principales autoridades del país en la materia.
Su actitud refleja la sabiduría que otorgan la reflexión y el conocimiento profundo sobre la vida más que sobre asuntos técnicos relacionados con su campo de saber, que domina, claro está, con excepcional maestría. Con sus palabras, gestos y expresión, manifiesta su fe en una posible convivencia en armonía entre los humanos y la naturaleza en la ciudad, y a demostrarlo ha dedicado gran parte de su vida en su ejercicio docente. Insiste en la importancia del diseño de espacios verdes pensando en el bienestar y disfrute de las personas.
En su labor, ningún radicalismo, toda comprensión, bondad y tolerancia. Recientemente la veíamos en el programa universitario de televisión La Última Vocal, explicando pacientemente, ante reclamos del fundamentalismo verde, por qué se había talado en la Universidad un descomunal y moribundo eucalipto que estaba a punto de provocar una tragedia.
Ante la petición de una foto suya para incluirla en el trabajo propone sin dudarlo: ¡ Ay, allí al pie del arizá, que me encanta!, y agrega, ¿ Usted sabía que a este árbol le dicen rosa del monte? qué belleza, ¿ cierto?
Sobre su experiencia en la Ciudadela la Doctora Gladys refiere:
El Departamento de sostenimiento de la Universidad me llamó para elaborar el plan de manejo arbóreo, porque era un requerimiento del Área Metropolitana.
Para mí ha sido una dicha trabajar en esta sede porque yo estudié en el Cefa, que era una institución cercana al Liceo Antioqueño, muy parecida, era como la versión femenina del Liceo, entonces guardo muy bellos recuerdos de esa época y personas cercanas a mi estudiaron o trabajaron en el Liceo.
Cuando hice el primer recorrido no había por donde caminar, los estudiantes no podían disfrutar este espacio tan bello porque no era apto para ese propósito; uno no los veía poner sus hamacas, eran áreas que no se transitaban porque no provocaba hacerlo. Los árboles tampoco estaban en buenas condiciones, no eran saludables, lo que se
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