LICEO ANTIOQUEÑO DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA LICEO UDEA | Page 123

De Liceo a Ciudadela Universitaria. Historia de la sede de Robledo de la Universidad de Antioquia Por su parte, como señalan las mismas notas de prensa, las directivas universitarias negaron el cierre definitivo del mismo y, ante el clamor por su reapertura, mantuvieron la promesa de abrirlo nuevamente. Aunque múltiples voces se alzaron en protesta durante los años siguientes, el cierre en un comienzo fue aceptado debido a la gravedad de los hechos allí ocurridos y por la dramática situación de violencia que padecían la ciudad y la Universidad de Antioquia en ese período, pues solo en 1987 habían sido asesinados con total impunidad los profesores Carlos López Bedoya, Darío Garrido Ruiz, Héctor Abad Gómez, Hernando Restrepo, Leonardo Betancur Taborda, Luis Fernando Vélez Vélez, Pedro Luis Valencia y los estudiantes Edison Castaño Ortega, Gustavo Franco Marín, Francisco Eladio Gaviria, John Jairo Serna, José Abad Sánchez, José Ignacio Londoño, Luis Alberto Parada, Marina Ramírez, Nicolás Orlando Gómez, Orlando Castañeda Sánchez, Rodrigo Guzmán y Yowaldin Cardeño Cardona 1e,1f . Sobre este tema abunda literatura en la que se describe con detalle la barbarie y la impunidad que impera en Colombia. En los diarios locales y por versiones de testigos encontramos como argumento adicional de las directivas universitarias y las autoridades que la sede había quedado completamente en ruinas, su recuperación implicaría una altísima inversión que la Universidad no podía realizar en ese momento y se debía resolver la situación de la comunidad liceísta con inmediatez. Una triste paradoja fue que el cierre del Liceo Antioqueño se produjo durante el breve período de gobierno departamental del Doctor Antonio Roldán Betancur, bachiller del Liceo, médico egresado de la Universidad de Antioquia, quien muy seguramente, por su vínculo con el Alma Mater, habría insistido en un destino diferente para el Liceo, especialmente en aras de recuperar su tradición y modelo educativo, pero algunos meses después fue asesinado. Ocupaba la rectoría de la Universidad en ese momento, también por un breve período, el Doctor Luis Javier Arroyave Morales, médico veterinario egresado del Alma mater, a quien desde entonces, injustamente, algunos acusan de haber propiciado el cierre del Liceo, desconociendo la gravedad del problema y la imposibilidad de reabrirlo sin riesgo de que ocurriese una tragedia mayor. Recuerda el Doctor Arroyave: Como universitario conocía muy de cerca la situación del Liceo, que llevaba casi una década prácticamente funcionando a medias y donde ocurrían cosas cada vez más terribles. Antes de llegar a la rectoría de la Universidad había sido asistente del gobernador Doctor Fernando Panesso Serna y me enteraba con mayor detalle sobre esa problemática. Una vez ocupé la rectoría de la Universidad tenía también la presión de los Ministerios de Educación y de Hacienda, pues se prohibía a las universidades públicas tener colegios de bachillerato. Aunque los hechos que ocurrían en el Liceo eran de conocimiento público, porque los periódicos y noticieros lo informaban con frecuencia, nadie antes se había atrevido a hacer algo por lo que significó en otra época el Liceo. Este era el tema principal de conversación con el nuevo gobernador del Departamento, Doctor Antonio Roldán Betancur, liceísta y universitario, buscando soluciones al problema, y coincidíamos en 123