Libro | Page 32

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Pasaron varias semanas, todo cada vez era peor. Una noche María aturdida por las cosas que ocurrían, salió corriendo de su casa, se subió al auto y tomó la primera ruta que encontró, la cual salía del pueblo. Manejó durante dos horas, hasta que se detuvo a un costado de la ruta, y a lo lejos, en medio de un campo vio un edificio. Corrió hacia allí y la recibieron dos enfermeras; ella gritando les decía que necesitaba un teléfono para llamar a su marido y decirle que había “algo” en la casa y que fuera a buscarla. Las enfermeras se miraron, una subió al segundo piso y la otra tomó una manta y la cubrió. A los cinco minutos bajó un señor muy alto, la miró y dijo que la llevaran a la sala cinco. María seguía pidiendo por favor que quería llamar a su marido, que en su casa había ”algo o alguien”, pero no le hicieron caso. Le dieron una inyección y la encerraron en aquella sala, ella continuó gritando por el teléfono hasta que se durmió.

Esa noche, Facundo llegó muy tarde a la casa y se dio cuenta de que María no estaba y el auto tampoco. Llamó a todos los conocidos y vecinos que tenían, y nadie sabía nada. Todos relataron la historia que ella contaba pero nada sabían de su paradero. Entonces…

Brenda Manrique y Belén Vázquez