Una vez finalizada la llamada rápidamente volvieron a la habitación de María. Emocionada esta le agradeció a Sofía, y pudo por primera vez dormir tranquila. A la mañana, Pablo concurrió a la comisaría y denunció que tenían contra su voluntad encerrada a su esposa maltratándola en un edificio enorme y sombrío, en el centro del parque natural. Uno de los policías llamado José reconoció que allí se alojaban a mujeres con problemas psiquiátricos, entonces inmediatamente se dirigieron al sitio junto con Pablo. En una hora llegaron y procedieron a rescatar a esa pobre mujer. Mientras, María escuchaba desde su ventana unas sirenas y Sofía corría a abrirle la puerta para dejarla ir.
Los policías arrestaron a todo el personal por maltrato a los pacientes, las malas condiciones del hospital y por desacato a las autoridades, como consecuencia clausuraron el lugar. En cuanto a todas las mujeres, fueron trasladadas a otro hospital psiquiátrico mejor. Por fin y gracias a Dios, María pudo ser rescatada, y con su esposo, llevados a la casa escoltados por la policía. Ella pidió que dejaran en libertad a Sofía porque era buena persona y la había ayudado en todo momento.
Silvia Muratore
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