Libro | Page 18

“María de mi corazón”, sollozaba su marido, “¿dónde te habrás metido?”, pensaba mientras caminaba por toda la casa; la preocupación lo consumía, la policía tardaba, él ya no podía dormir.

Un día las noticias de María desaparecida se transmitieron en el loquero, todos quedaron boquiabiertos; era María, la misma María del teléfono, la de la habitación del fondo, María la muda. Las enfermeras dieron aviso a las autoridades, el marido de María no tardó en enterarse y fue hacia el lugar. Ella estaba ahí sentada observando todo, pero ya no estaba. Él la vio y corrió a abrazarla; ella soltó un grito, se retorció, se violentó. Los especialistas pidieron perdón pero lo que anunciaron era grave: “Tras el encierro y los intentos de que alguien le creyera María se deprimió, ella ya no creía en ella, María se había vuelto loca.”

Rosario Quilca

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