3.4. UTILIDAD DE LA MEDICINA BASADA EN EVIDENCIAS
Lectura 3.4. Justificación de la aplicación de la MBE
Adaptado del curso de MBE-Universidad Autónoma de Barcelona. España, 2012
Teóricamente, todos los médicos actualizan sus conocimientos a partir de fuentes de información más formales y estructuradas, básicamente a través de la literatura científica, es decir, de los libros y revistas creados para comunicar los resultados y avances de la investigación.
A continuación se identifican los problemas inherentes a la utilización de esta vía, porque servirá para entender por qué en algunas ocasiones se obtiene un menor impacto frente a los mecanismos informales y así plantear en otro momento la necesidad de otras alternativas más eficaces:
� En primer lugar, destaquemos que hay más de 30.000 revistas científicas en el mundo que publican 2 millones de artículos biomédicos cada año. Cualquier cuestión( ej. asma) genera una cantidad tal de literatura que es imposible conocer en toda su extensión, ni siquiera por los profesionales más especializados en el tema. Además, se considera que sólo el 1 % de los artículos son sólidos desde un punto de vista científico, incluso los trabajos publicados en las revistas de mayor prestigio pueden estar afectados por una gran variedad de deficiencias metodológicos.
� Otro gran problema es el conocido sesgo de publicación: se publican con mayor frecuencia aquellos estudios que llegan a conclusiones positivas sobre la eficacia de un tratamiento, mientras que los que no han encontrado diferencias significativas encuentran mayores dificultades para ser admitidos. Esto se da no sólo por parte de los editores de las revistas, interesados generalmente en priorizar las novedades más prometedoras, sino también de los mismos autores. Desgraciadamente, algunos investigadores clínicos no valoran la importancia de comunicar los estudios realizados independientemente de sus resultados. Esta situación se produce sobre todo cuando el estudio ha tenido un promotor comercial, el cual puede restringir la difusión de los resultados que entiende son contrarios a sus intereses.
� Los sistemas de indexación de los trabajos y las bases de datos bibliográficas( Medline, Embase, etc.) han permitido superar muchas de las dificultades de acceso a la literatura existente, hasta hace poco insalvables. No obstante, pueden haber creado la falsa impresión de que estas fuentes de información contienen toda la evidencia existente, cuando en verdad no es así: por ejemplo, en Medline no están referenciados muchos de los excelentes trabajos publicados en idiomas diferentes al inglés; asimismo, su indexación es confusa, incluso cuando se trata de clasificar los ensayos clínicos, estudios de referencia donde los haya: se ha estimado que, en el mejor de los casos, una búsqueda electrónica de Medline sólo conseguiría identificar al 60-70 % de los ensayos clínicos realmente incluidos en esta base de datos. En un módulo posterior se profundizará más en este
21