Libro: Estado, pensamiento crítico y políticas públicas LIBRO IIESES 2018 | Page 88

88 puede llamársele así, pues se reúnen en un mismo salón estudiantes de distintas secciones y de períodos superiores para compartir la experiencia educativa, pero no son un grupo aún---hablamos de 25 estudiantes: 4 hombres y 21 mujeres que esperamos motivar para este proceso de aprendizaje. Les explico que el programa es teórico y que se requiere de trabajo práctico que consolide los diferentes saberes de las distintas realidades socioeducativas; por lo tanto, necesitamos acercarnos a ellas a través de nuevas propuestas y proyectos educativos sencillos que sirva para integrar la educación formal, no formal e informal, buscando nuevas maneras de abordar los distintos procesos de enseñanza-aprendizaje, que generen nuevos conocimientos prácticos y el reconocimiento de sí mismos, del otro y lo otro, así como las habilidades y los valores previstos en el programa. Esto puede enriquecerse con la vitalidad y la participación de todos como aprendientes. Les planteo la propuesta de ser nosotros mismos el objeto de estudio en dicho trabajo, inmediatamente surge un largo silencio, después cuchicheos, risas entre ellos, mientras los observo con atención conteniéndome para no hablar, estoy de pie y decido sentarme para seguir observándolos sin interrumpirlos, enseguida la estudiante “R” toma la palabra y dice que les parece bien que realicemos el proyecto y quieren saber de qué trata y qué es lo que tienen que hacer. Iniciamos el diálogo reflexivo, conversaciones y discusiones, llega el momento en que todos hablan al mismo tiempo y de repente surgen las risas y miradas picarescas. Posteriormente surge un lapsus de silencio y es entonces que la estudiante “G” pregunta si van a colaborar de manera individual o todos vamos a hacer un sólo trabajo, el educando “L” hace la propuesta de realizar un sólo proyecto y los demás responden diciendo sí…un sólo proyecto y pregunta sobre qué, para qué y es entonces que emergen muchas ideas sobre educación y salud, enseguida contestan que sí y que podemos organizarnos por equipos. Las formas de participación serán: individual, en equipo, en algunas acciones se trabajará en pareja y se espera deliberar en plenaria. En este punto es conveniente recordar que “el diálogo reflexivo tiene como objetivo dar luz para recuperar el proceso experiencial concreto como una actividad directa” suspendiendo nuestras propias ideas para dar paso al otro (Bohm, 2001,11). Todos se deciden por esta alternativa de incorporar de manera paralela el