Libro: Estado, pensamiento crítico y políticas públicas LIBRO IIESES 2018 | Page 72

72 Entonces el sindicato comenzó a colonizar, como dice Carlos Ornelas, la esfera directiva del Sistema Educativo Nacional hasta llegar al punto extremo del año 2008, cuando se firma la Alianza por la Calidad de la Educación, y el sindicato participa directamente en la dirección nacional. “El 50% de la comisión mixta nacional estaba formada por miembros del sindicato”. “Por esto, con la reforma se busca desterrar, como lo dijeron el gobierno y las tres fuerzas políticas de México, el Partido Acción Nacional, el Partido de la Revolución Democrática y el Partido Revolucionario Institucional, los antiguos poderes que se generaron en el país durante esas siete décadas, además de que el Estado recupere la rectoría de la educación…”, (Guevara Niebla, 2016). ¿Qué es lo lleva a los políticos y funcionarios del sector educativo a hablar de la supuesta “recuperación” de la rectoría del Estado en materia de educación en México? Para algunos observadores independientes, queda claro que el discurso oficial sobre la “recuperación” de la rectoría del Estado en la educación, ha sido “sobre dimensionado” o de plano “exagerado”, puesto que dichas facultades ya se encontraban establecidas en la Constitución y en las leyes secundarias en la materia: Tres elementos, por mencionar sólo algunos, dan cuenta del aseguramiento de la llamada rectoría del Estado en este ámbito: 1) El control de la nómina y de las plazas de trabajo federales del Sistema Educativo Nacional (que desde 2015 se volvió a centralizar en la Ciudad de México por parte de la Secretaría de Educación Pública); 2) La decisión y facultades absolutas sobre los cambios a los planes y los programas de la educación básica (que impacta e involucra a la mayoría de los mexicanos) y, desde 2013, de la educación media superior; y 3) La conducción (con financiamiento incluido) de la formación inicial y continua de las maestras y los maestros del país. De este modo, la supuesta “pérdida” de rectoría del Estado en materia Educativa, tiene otro sentido más específico: Se refiere, más bien, al conjunto de prácticas corporativas y clientelares que impusieron los gobiernos federales, encabezados por priístas y panistas durante los últimos 40 años, con el beneplácito de las cúpulas sindicales dominantes o hegemónicas, de origen priísta, sobre todo desde el periodo 1989-1992, tiempo en el cual Carlos Salinas de Gortari pactó esa relación con la maestra Elba Esther Gordillo, mediante el llamado “Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica”