Libro: Estado, pensamiento crítico y políticas públicas LIBRO IIESES 2018 | Page 40
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aumenta el capital humano en la fuerza laboral, lo cual mejora las habilidades y
capacidades de los individuos para alcanzar mayores niveles de productividad;
por el otro, la inversión educativa tiene el potencial de aumentar la capacidad
innovadora de la economía y la sociedad y, al mismo tiempo, facilitar la difusión
y transmisión de conocimientos necesarios para comprender y procesar nueva
información y para implementar con éxito los últimos desarrollos tecnológicos
creados por otros, lo cual a su vez promueve el crecimiento económico
(Hanushek y Wößmann, 2007).
Un reto del Estado mexicano es ampliar las oportunidades educativas de
la población y garantizar la universalización de la educación superior pública
como un derecho humano. En el ámbito del Estado de Veracruz, la población
juvenil encuentra dificultades para acceder a los estudios superiores, tanto
porque las universidades no han recibido más recursos para ampliar su matrícula
como porque muchos de los rechazados por las instituciones de educación
superior pública no tienen los medios económicos para continuar su formación.
En este tenor, la educación superior debería ser vista como un derecho
humano fundamental y como una obligación del Estado mexicano (aún no
constitucional). El argumento neoliberal, según el cual sólo los más aptos tienen
los méritos necesarios para ingresar a la educación superior, olvida que las
condiciones de inicio entre los individuos son desiguales, particularmente en
México, por lo que una competición de este tipo sólo exacerba las desigualdades
iniciales.
En este trabajo se postula la idea de que la ampliación de la cobertura de
la educación superior debe ser vista como instrumento de impulso no sólo al
crecimiento económico, sino al desarrollo social y a la disminución de la
desigualdad económica.
Hoy, el tema de los jóvenes que no encuentran oportunidades de estudio
y/o laborales es un problema mayúsculo en el país. De acuerdo a la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México ocupa el quinto
lugar con mayor número de jóvenes entre 15 y 29 años que no trabajan, ni
estudian, ni se capacitan (NINI), con el 22% de este sector de la población, muy
por encima del promedio de los países que integran dicha organización que es
del 15% (OCDE, 2016).
En el ámbito estatal, por ejemplo, cada año aproximadamente 25 mil