Libro: Estado, pensamiento crítico y políticas públicas LIBRO IIESES 2018 | Page 232
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En consecuencia, se espera que la transparencia en la información deba
tener entre otros los atributos siguientes: de fácil acceso a la información,
comprensiva, relevante, de calidad y confiabilidad. Esto nos invita a la siguiente
reflexión: ¿Cómo evaluar su veracidad? y ¿Cómo saber que lo que se informa
en realidad se hizo?
Y es mediante la investigación documental de los archivos públicos en
donde los registros contables, presupuestales y económicos, que sirven como
prueba del manejo de los recursos públicos. Sin embargo, no son los únicos.
Una fuente de información valiosa para evaluar el grado de cumplimento
de las obligaciones y responsabilidades de la administración pública se
encuentra en la aceptación o no de las medidas y acciones ejecutadas, así como
del incumplimiento de estas. Esta información se puede recolectar en la prensa
escrita o televisiva, que dan cuenta de la manifestación viva de las
inconformidades de la sociedad, plantean posturas de solución alternativas o en
su caso, la descalificación ante hechos evidentes y comprobables de corrupción
y uso inadecuado de recursos públicos.
Aunque como principio general siempre es mejor la transparencia que la
opacidad en las políticas públicas, es difícil exactamente conocer el grado en
que una política pública es transparente, y el punto hasta el cual la transparencia
de la política pública contribuye para lograr los objetivos o consecuencia de la
misma. Sin embargo, dado que nuestro objeto de estudio refiere al manejo de
recursos públicos, en consecuencia, una primera calificación de si se está
operando en forma adecuada, es la opinión de los ciudadanos preocupados en
algo que les es común: el dinero público.