Libro: Estado, pensamiento crítico y políticas públicas LIBRO IIESES 2018 | Page 199

199 Aprender a desaprender patrones, conductas y modos de simulación de búsqueda de bienestar que son una decepción: ni individualismo de supremacías vanas, ni igualitarismo fatuos, ni uno ni otro que en común tienen el traer consigo una cultura de muerte sin posibilidad de vida alguna en particular, ni para la humanidad en general. Esto es; que no hay aprendizaje valido excluyente, la universalidad de la educación solo se logra en comunidad (común-unidad), donde no se excluye a los que se esfuerzan ni se enaltecen las igualdades sobre las diferencias. Sólo hay vida en la educación permanente y constante que perdura desde el nacimiento hasta el último aliento, educación (educere) tan sólo es, antes que todo, descubrir y redescubrir, reformular y perfeccionar el arte de preservar la vida y fomentarla en todas sus formas y manifestaciones, para hacer más grata y mejor la propia vida. Tomar conciencia de que soy en cuanto vivo, y que sólo se puede vivir en comunidad, ya que “porque existo, pienso”, y abandonar el paradigma dominante de “pienso, luego existo”, es Educere VITAE. La educación institucionalizada cada vez más apremia el intelecto sobre la integralidad del Ser. Además, apremia al intelecto individual, “líder” de otros intelectos menos sagaces. Educere vitae, en cambio, es el arte de no rivalizar ni dominar, sino que suma esfuerzos, que se coordina autónomamente por los participantes y es un modo de actuar que permite que se organicen de la forma (tiempo y espacio a la vez) que mejor le convenga a la vida que fomentan (propia y del todo externo a ellos). La educación universitaria formal, actualmente está en crisis a nivel mundial, principalmente porque no se fomenta la vida, ni individual ni colectiva, ni mucho menos ambas a la vez. Las universidades paradójicamente desde que se autodenominan así, se han convertido en espacios cerrados, elitistas y cada vez más excluyentes. Educere Vitae reconoce en cada lugar, cual sea, la posibilidad de educarse, tan sólo se necesitan dos o más dispuestos a aprender en conjunto, y que dicho conjunto sea siempre abierto a nuevos y más integrantes, tanto como a nuevos y más conocimientos. Aulas cerradas, burocracia a ultranza y estrategias tecnocráticas, han transformado en un proceso tipo industrial la educación, le han quitado el placer y la ternura segmentado de forma estandarizada y homogeneizada en pseudo