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modelo no requiere del apoyo de datos empíricos o porcentuales, sino de una buena capacidad de oratoria y argumentación. Ya que usualmente se emplea para debatir asuntos morales o de valoración subjetiva, el triunfo se produce no tanto en convencer al contrario, sino a la audiencia. 5. Argumentación El debate asemeja un duelo de esgrima: cada parte intenta desviar los ataques contrarios y acertar con los propios en el pecho del adversario. De allí que la capacidad de argumentación sea fundamental para ganar un debate, tanto así que a los argumentos a favor se les denomina “pruebas” y a los argumentos en contra, “objeciones”. Los primeros apuntan a la validez de las tesis asumidas y los segundos a invalidar las tesis ajenas. Existen varios tipos de argumento:  Sintomáticos. Las pruebas se exponen en forma de signos, síntomas, que conducen luego a una conclusión lógica posible.  Nexos causales. Generan una relación de causa-efecto entre dos temas, perspectivas o alegatos.  Analogías. Parten de la semejanza de atributos entre una cosa y la otra para explorar una semejanza.  Por generalización. A partir de un marco de casos semejantes, se llega a una conclusión común a todos los involucrados.  Ad hominem. Mal vista en el debate y por lo tanto desestimada, ataca al emisor como una forma de desvirtuar las ideas que expone. 6. Falacias Una falacia es un argumento que en apariencia parece valedero y correcto, pero en el fondo no lo es. Algunas falacias son utilizadas conscientemente como estrategia de manipulación, pero desvirtúan la naturaleza del debate, si bien el