Libro digital 1 TOMO-5 | Page 72

44 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO cial en contra: esa plaza, lugar venerable entre todos los de la tierra peruana, está hoy desfiguradísima, desnaturali- zada en extremo con el plebeyo jardín municipal y las obras de renovación hechas en los años últimos. Mi amor por las tradiciones y el ambiente histórico me obligaron ya a de- cirlo en el primer capítulo de mis sensaciones de viaje; y sería irracional que se resintieran mis amigos del Cuzco a causa de palabras que me dictan mi celo y devoción por lo que es patrimonio del Perú entero. Si en Lima la pobre Plaza de Armas ha perdido el carácter interesante de nues- tro peculiar criollismo (¡y habría sido tan fácil conservár- selo, manteniendo uniforme el tipo arquitectural de baran- das arcaicas y balcones semiarábigos, y realzarlo en el cent