Libro digital 1 TOMO-5 | Page 65

EL IMPERIO INCAICO 37 car la utilidad de cada uno en la de todos; pero la reali- zación de semejante idea, fructuosa solo en una sociedad de ángeles o santos, hubo de encontrar en el Perú obstá- culos morales que la hicieron en alto grado maléfica. En la inmensa mayoría de los hombres, el egoísmo es la causa de la actividad y del progreso. Suprimiéndolo, para que la actividad continúe hay que echar mano de la fuerza, hay que ser despótico- como sucedió en el Perú-; y la soli- daridad espontánea que es el mas noble uso que se puede hacer de la libertad, se convierte cuando es forzosa en la más terrible servidumbre. Y en la servidumbre, aquellos mismos sentimientos sociales que se ha procurado robus- tecer, se van debilitando hasta casi extinguirse; y para con- servar la sociedad no resta otro lazo que la imposición, la violencia. Eso precisamente sucedió en el Perú incásico. No podía haber afectos conyugales muy comunes donde la elección en el matrimonio era asunto del Estado, ni patrio- tismo é interés por los negocios públicos donde la nación no tenía ingerencia en la marcha del gobierno. La mo- ralidad impuesta y no libremente practicada, podía ser excelente en su parte negativa y pasiva: en evitar el crimen y cumplir la ley por temor al castigo; pero tuvo que ser nula en su parte positiva, en realizar más de lo prescrito, en el heroísmo, en las grandes virtudes, en la generosa altivez, en el fecundo orgullo. El trabajo no fue diligente sino porque era obligatorio; y los inventos industriales y científicos no pudieron nacer donde faltaban el poderoso estímulo de la propiedad privada, y toda li- bertad del pensamiento. Consecuencia rigurosa del despotismo teocrático y del socialismo, fue la inmovilidad, el estancamiento. La libertad es el principio activo: ahogado todo germen de variedad y vida estaba muerto. El Perú funcionó automáticamente, re- pitiendo siempre los mismos actos, sin introducir ninguna mejora, mientras que en Europa una civilización, quizá