Libro digital 1 TOMO-5 | Page 46

18 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO En la síntesis sustanciosa y tersa de 1921 hay otro mérito cardinal y es su exaltación de los valores espiritua- les de la raza y la cultura quechua, el sugestivo análisis de la poesía y los mitos indios, su interpretación del Ol1an- tay -que llevado de su entusiasmo retrae hasta el siglo X1J11, y, a la postre, a una leyenda prehispánica- y su in- terpretación de la arquitectura incaica: "manifestación de un pueblo grave, probo y triste que no aspiraba a deslumbrar con apariencias engañosas como el estilo yunga, sino a im- ponerse con la extraordinaria robustez de la planta y los materiales y la prrmorosa paciencia de la ejecución". En estas admirables páginas de Riva-Agüero están acaso las más sutiles 110tas del historiador con alma de poeta que ha- bían destellado en el elogio de garcilaso cuando dice que en el arte indígena predominaron "la ternura sollozante y la ingenuidad pastoril" o cuando en el tono majestuoso y señoril que le era peculiar, dice con robusta elocuencia: "Esquiva y tradicional, esta raza, más que ningun otra, ,)osee el don de lágrimas y el culto de los recuerdos. guar- diana misteriosa de tumbas, eterna plañidera entre sus re- cuerdos ciclópeos, su afición predilecta y su consuelo acerbo consisten en cantar las desve1lturas de su historia y las ínti- mas penas de su proPio corazón. :Jodavía cerca de Jauja, en el baile popular de los Incas las indias que representan d coro de princesas (ñustas) entonan, inclinándose con ex- quisita Piedad sobre 'J-luáscar, el 'monarca vencido: "Enju- guémosle las lágrimas y para aliviar su aflicción llevémosle al campo, a que aspire la fragancia de las flores". 'J-lasta 1921, poco más o menos, Riva-Agüero es en lo. historiografía peruana el iniciador y sostenedor de la co- rriente garcilasista y de los tóPicos recogidos más tarde por el indigenismo romántico: mansedumbre de las conquistas incaicas, antiespañolismo, rechazo de la obra toledana, qttechuismo del 1ncario.