EL IMPERIO INCAICO
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que "el amor patrio no se reduce a las solidaridades ét-
nicas, sino que sube más alto, al cariño y al culto por
todos lo que nos antecedieron en este suelo, a la Comu-
nidad de tradición territorial, y para vigorizar y ennoble-
cer lo presente se empeña en resucitar la arcaico"; que
"los Incas crearon la patria peruana"; que "los vestigios
de su gran imperio todavía nos asombran y estimulan";
que desde el punto de vista del nacionalismo, las indaga-
ciones sobre su historia superan en utilidad los benefi-
cios innegables y las excelencias de la Conquista hispana,
"porqué ésta nos convirtió en provincia, sumándonos a
un imperio mayor, pero con la inferioridad y dependen-
dencia, consiguiente"; que "el Perú, como las construc-
cionesdel Cu:zco, tiene rejas, adornos, artesanado y mo-
biliario españoles, pero los cimientos son de la edad de
los Incas"; y que "la posición de todo peruano sensato
ha de ser equidistante del indigenismo exclusivo y ciego,
y del europeismo anti-incaico".
Por fin, en el prólogo a un libro del Dr. Horado Ur-
teaga, historiador nada sospechoso de propender al espa-
ñolismo intransigente, he repetido una vez más dicho
concepto conciliatorio: "Dos herencias, a la par sagradas,
integran nuestro acervo espiritual; y si presentan sendos
defectos, ofrecen también correspondientes virtudes y an-
tídotos. Renegar de cualquiera de ellas. sería torpe y men-
guado. El solar es doble, indio-español; y en calidad de
tal lo acatamos y veneramos. Predicar odios y exclusivis-
mos de raza en el Perú es tarea extemporánea, insensata
y criminal, y destinada a la postre al fracaso y al ridícu-
lo. No puede significar entre nosotros sino un frenesí de
inconscientes o un señuelo de logreros. La convivencia y
entrecruzamiento de diferentes razas ha constituido don-
dequiera, y muy especialmente en nuestro país, el proceso
esencial de la civilización" (Por la 'Verdad, la 1"radición
y la Patria. Opúsculos T. 1, Lima, 1937, págs. 233 y 234).