EL IMPERIO INCAICO
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los eclipses al devorar el Sol o la Luna, y a los que se
conjura por medio de ruidos de vocería y atambores (Son
el tan-chú y el K'i-lin chinos, que los peruanos incaicos
imaginaban como una zorra o un jaguar) .-Las conti-
nuas consultas, en todos los negocios públicos y privados,
a los sortílegos y a los espíritus de los abuelos.- Los fre-
cuentes banquetes oficiales a los muertos ilustres por quie-
nes comen, representándolos, sus descendientes y servido-
res.- El precepto de acompañar esos banquetes funerarios
con cantares históricos en alabanza de aquellos antepasa-
dos y sus estirpes, con bailes sagrados o pantomimas de
sus hazañas, de las que nace el teatro indígena.- Los
sac;'rificios humanos, a veces de brujos, en las fiestas de
funerales y en casi todas las solemnes.- La obligatoria
embriaguez en todas ellas.- Ofrendas de cabezas huma-
nas.- La Gran Purificación con antorchas, a orillas de los
ríos, bailando la danza de la culebra y arrojando bolas de
paja y de una cierta mazamorra (el 'No chino, que con
muy pocas diferencias es el Situa incaico con sus pancuncu
y sancu; y el taquí de la soga de cuatro c010res, que re-
produce el baile chino en la región de Lú al principio del
tercer mes del año en el río Yi, al solsticio de invierno).-
La ceremonia del fuego nuevo frotando dos palillos (La
uyaca quechua), o por medio de un espejO' ustorio (rir-
pu).- La Fiesta de la Agricultura, en que, iniciando el año
de labranza, el monarca araba el campo sagrado, que era
el xien. meu en China, situado siempre al sur de la capi-
tal; yen el Cuzco, no el andén de Collcapata, como creyó
Garcilaso, sino la chacra de Sausero en el camino meri-
dional, el de Collasuyu.- El sacrificio peculiar que en
China ofrecía el Emperador y que era la demostración de
su autoridad suprema, equivale al Cápaj-raymi y al cápaj-
cocha incaicos.- La pareja civilizadora del Ni-Hi y su
hermana Niu-Cuá, a la de Manco y Ocllo.- El gran T'an
Fu, progenitor de la dinastía Tcheu, y su esposa la hija de