Libro digital 1 TOMO-5 | Page 391

EL IMPERIO INCAICO 363 matar, después de sus días, a la mitad de los indios en cada provincia, para asegurarse la docilidad del resto. Al estudiar la historia de los conquistadores caste- llanos y lamentar las crueldades con que se mancharon. como suele ocurrir en todas las guerras, debemos recordar los sucesos que habían antecedido, y comparar aquellas discutibles responsabilidades con las inmensas de los que Pizarro y los suyos reprimieron y reemplazaron. XIV CARACTER GENERAL DE LAS INSTITUCIONES INCAICAS Cierro este primer curso con la presente lección. Lo abrevio para que los discípulos tengan tiempo de prepa- rar los demás exámenes, y para dedicarme a otro estu- dio histórico que me urge. Procuraré hoy expresar sucin- tamente los rasgos esenciales de la civilización incaica, ateniéndome a las autoridades más fidedignas. La impre- sión de conjunto no será la que se desprende de los clá- sicos Comentarios Reales de Garcilaso, que como decía González Suárez, el sabio Arzobispo quiteño, parecen, por su benignidad, sencillez e inocencia, páginas del Año Cris- tiano. El imperio incaico no es un blando idilio con mú- sica galante, según lo imaginaron los garcilasistas del si- glo XVIII y de buena parte del XIX. Hay que restituírlo a su clima verdadero i y compararlo con cuidado (porque sin comparaciones no puede haber ciencia, ni perspectiva, ni clasificación, ni conocimiento alguno) con los imperios orientales primitivos y bárbaros, en particular, como lo he venido haciendo en estas lecciones, con el Egipto faraó- nico y la China arcaica, que se presentan como sus ar- quetipos genuinos y fraternales, por espontánea coinciden- cia. Esos son sus remotos hermanos mayores, que le llevan