Libro digital 1 TOMO-5 | Page 383

EL IMPERIO INCAICO 355 cuentro con los de Huáscar, en las orillas de un río grande y hondo. Los peruanos se resistieron dos o tres días, que- maron el puente; y Chollcochima y los suyos tuvieron que pasar a nado e hicieron gran mortandad en los cuz- queños que estaban en la otra banda. El río a que Chail- cochima se refiere, entre Huari y Piscobamba, puede ser el Marañón, o el de los Conchucos, que pasa junto a Cha- vÍn. A estos combates los denominan otros cronistas los de Huánuco, porque efectivamente se dieron en lo que constituía la jurisdicción de la ciudad de Huánuco el Vie- jo. Otros se libraron en Pumpu o Bombón, en las riberas de aquel lago de Chichaycocha, en que tuvo Huayna Cá- paj sus balsas o navíos de placer. Con refuerzos de huan- cas y yauyos, los derrotados cuzqueños presentaron una nueva batalla en: Yanamarca, lugar que está entre Tingo y Jauja. Siguieron defendiendo encarnizadamente el valle de Mantaro, que se llamaba Angoyaco; y la resistencia fue de más de un mes en las cercanías de Izcuchaca, que por su posición ha sido hasta en la época republicana el perpetuo eje de las guerras en el Centro del Perú. A fin de socorrer a Huanca Auqui, el orejón Mayta Yupanqui trajo una hues- te nutrida de soldados del sur del imperio, cuyo principal campamento se estableció en Paucaray, lugar de puna, ca- pital antigua del Hancohallu chanca, desde la cual se do- mina la cuenca del Mantaro. Los tenientes de Atahuallpa,< Challcochima y Quizquiz, habían engrosado mucho sus. ejérci~os, obligando a incorporárseles a los curacas de la región conquistada, bajo pena de exterminar a las familias de los que fueran remisos. Cuando cedió la línea del An- goyacu, después del mes de resis