Libro digital 1 TOMO-5 | Page 379

EL IMPERIO INCAICO 351 (que es la flor del maíz o flor en general).y Quilla Tuta sería noche de luna). Los tres no disuenan de la onomás- tica incaica y de la de los indios americanos en general. Robusteciendo la presunción del origen quiteño, no falta quien asevere que Atahuallpa fue salvado de la pri- sión de Tomebamba por otra Quillaco, pariente de su madre. En lo que no caben dudas es en la predilección que mostró Huayna Cápaj por este hijo suyo, a quien sa- có del Cuzco adolescente para que lo siguiera en sus cam- pañas y que comía siempre en su mismo plato. En cambio, no consta que le dejara en herencia el reino de Quito, como Atahuallpa se afanó en hacer creer a los españoles, porque esa división territorial del supremo poder no se acostumbraba entre los Incas. Conocemos casos de corre- gencia o asociaciones indivisas, que atrás he explicado; pero no de disgregaciones. Afirman al contrario los más afectos a la causa de Atahuallpa, como Santa Cruz Pa- chacuti, que Huáscar tuvo que expedirle o confirmarle el nombramiento de gobernador o substituto del Cápaj Inca en Quito. A pesar de la subordinación y limitación del pues- to, desde el principio contó con la adhesión incondicional de los veteranos de su padre. De ellos, muchos eran ore- jones, cómo hubo de serlo Challcochima, no obstante el tardío disenso del Padre Velasco; pero de Quizquiz se decía que era un advenedizo, antiguo barbero de Huayna Cápaj, y de Rumiñahui afirma Huaman Poma de Ayala que era un indio plebeyo o vulgar. Con la extensión de de las conquistas y el despotismo sin valla de los monar- cas, la jerarquía hereditaria se quebrantó, y penetraban en los altos cargos curacas alienígenas y simples aventu- reros afortunados. La guerra entre Quito y el Cuzco debió de encenderse pronto. No es pOSible prestar fácil asenso al sistema de muchos cronistas, o sea a los siete años de pacífica con- vivencia de los rivales, muerto Huayna Cápaj, porque, en