Libro digital 1 TOMO-5 | Page 376

348 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO mujer principal de Huayna Cápaj por infecundidad de la primera llamada Cusirimay o Pilleo Huaco. Lo reconocen hasta los ecos de la tradición del bando de Atahuallpa. Aigunos agregan que el Ninan Cuyuchi (fuego agitado), pretenso heredero promovido en los últimos momentos por Huayna Cápaj, era bastardo, aunque quizá se maquinó su adopción por la primera Coya (de la cual no vuelve ya a hablarse y al parecer murió en Quito) para colorear esas espectativas del joven príncipe. Sea como fuere, la muerte de Ninan Cuyuchi en la peste de Tomebamba y la coronación imperial del heredero previamente designado, Huáscar, quitaban toda incertidumbre. Los cortesanos y veteranos de Quito y los curacas de la extremidad septen- trional del imperio se decidieron pronto, no obstante, a consumar el cisma dinástico que expresaba una enconada contienda de nacionalidades y se venía preparando por la desmesurada extensión del Tahuantinsuyu. Contribuye- ron a facilitarlo las condiciones de Huáscar y el maleado ambiente de discordias entre los orejones de la capital y los de la frontera del Norte. El heredero legítimo, criado en los templos y palacios del Cuzco, debió de tener los defectos de los porfírogénitos. "Clemente y piadoso, pero de mucha presunción y valor" lo caracteriza Cieza de León. Lo acusan otros de sobrado altanero y retraído, de no haber querido alternar con los demás incas, magnates y caciques en los festines de las plazas públicas, y de ha- ber procurado reducir los gastos de los incesantes ban- quetes funerarios y de las viejas panacas o cofradías, de ser algo así como un desamortizador, sin duda porque, como mayordomo del Sol y experto en los ritos, quiso reformar los abusos de las multiplicadas fiestas y las dan- zas o repetidísimos taquís. Mas todo debió de quedar en intento, porque su mando fue muy breve, mucho más de 10 que la mayoría de los cronistas señala. No hubo de exceder de tres años, como arriba expuse, incluyendo en