Libro digital 1 TOMO-5 | Page 361

EL IMPERIO INCAICO 333 to al cual asistía una guarnición en la fortaleza incaica de dicho pueblo, y Tancalonco, que ha de ser su vecino meridional, el de Malloco y Talagante, en cuyas tierras, inmediaciones de la actual Santiago y orillas del Maipo, existía otra fortaleza de los Incas. La substitución de go- bernadores incaicos por jefes nativos, hecha sin duda para aquietar a los chilenos, ilustra sobre el régimen de aque- llas extremidades o marcas del Tahuantinsuyu. Eran, no provincias unificadas, sino regiones vasallas o hereditarias satrapías, como las de los análogos imperios orientales, como las de los régulos sirios y fenicios que obedecían a Jos grandes faraones, como los sátrapas o virreyes aque- ménides en los extremos confines de Saca y Maca del pri- mer imperio persa, o los dinastas armenios y árabes y los chatradar y marzbans del sasánida. No cayó mal el sis- tema en Chile, pues bajo él hubieron de realizarse los mayores ensanches del poderío peruano, el cual rebasó considerablemente la frontera del Maule, indicada como definitiva en la mayor parte de las historias incaicas. Cie- za, que la señala como tal en el período de Túpaj Yu- panqui (Señorío, cap. 60), agrega que Huayna Cápaj "an- duvo por la tierra del Chile mucho más que su padre, hasta que dijo que había visto el fin de ella, mandó ha- cer memorias por muchos lugares para que en lo futuro se entendiese su grandeza". En efecto, esos vestigios se descubren por restos arqueológicos o en páginas de los cronistas, y prueban que allende el Maule los ejércitos incaicos bajo Huayna Cápaj conquistaron, no sólo el te- rritorio llamado de los purumaucas, hasta el Itata, sino una parte del que se hizo tan famoso después bajo el nom- bre del Arauco. Huayna Cápaj debió de pasar al otro lado del Biobío. El Padre Rosales en su historia refiere que a cinco leguas de la ciudad de Concepción había siete pequeñas pirámides incaicas en que celebró el Inca, con sacrificios humanos, el gran rito de la caUpa. Y aun