Libro digital 1 TOMO-5 | Page 357

EL IMPERIO INCAICO 329
volvió a aparecer en la corte. Enseguida coronaron a Inti Cusi. Tomó el apropiado nombre de Huayna Cápaj, que significa el Señor mucbacbo I y como por serlo necesitaba un tutor, el Consejo de los Orejones, que es probable estuviera compuesto, a más de los cuatro virreyes, por los otros ocho príncipes mayores que tenían el privilegio de llevar las varas del palio imperial o acbigua, eligió como 1nca Ranti o lugarteniente del imperio a Apu Huallpaya, apodado el corcovado o jumillu, a quien tal vez su deformidad, muy apreciada en los bufones cortesanos del Cuzco, había granjeado el favor regio y que era, no tío carnal del soberano adolescente, como quiere el Padre Cabo, sino primo hermano de su padre, hijo de aquel General Cápaj Yupanqui que conquistó el centro y norte del Perú y fue degollado por celos de Pachacútej en Limatambo del A­ purímac. La elección no era muy acertada, pues era presumible que con tal herencia de agravios y rencores contra la rama imperial, maquinara el regente el derrocamiento de su pupilo. Así sucedió. Huallpaya, el jorobado, procuró despojar de la suprema corona o borla a Huayna en provecho de uno de sus propios hijos. Pero velaban la Coya madre y el príncipe Huaman Achachi, ahora virrey del Chinchaysuyu y en consecuencia uno de los cuatro supremos dignatarios asistentes al trono. Descubrió en un pueblo de su jurisdicción, precisamente en el Limatambo feccardado, las armas ocultas en cestos de coca, preparadas para la revuelta y denunciadas por unos mercaderes. Ante el repetido peligro, alejaron otra vez al joven soberano de la capital y lo llevaron a Quispipampa. El Consejo de los Grandes Orejones permaneció fiel a Huayna Cápaj y Huamano Hubo una sangrienta refriega entre ambos bandos: según Santa Cruz Pachacuti en el mismo Cuzco, porque alude al templo donde se guardaba el estandarte real, cá­!) aj runancba, que ha de ser el Coricancha i según Cabello Balboa en Quispipampa y en presencia del Inca. La nue-