Libro digital 1 TOMO-5 | Page 352

324 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO dialectos locales menos disímiles que los quechuas en el Perú. (Observación aplicable a cuanto hemos dicho de la homogeneidad de lenguas en el Perú). Dispersa la pobla- ción, había infinidad de pequeños caciques o sinchis. Dos eran los más influyentes y mayores: el que tenía por apelli- do hereditario Michimalonco (tal vez de una palabra ma- puche, que significa hacer huir, a no ser que venga del'mi- eh;; quechua, pastor o gobernador, pero la segunda parte siempre será mapuche, lo que demostrará que no tradujeron por completo los nombres de jefes extranjeros), cuyos súb- ditos vivían en el valle de Aconcagua y Tancalonco, que ha de situarse por el Mapocho. Los Incas civilizaron a los in- dios chilenos. Les enseñaron a vestirse y a cultivar la tierra. Llevaron el maíz y el poroto; y los animales de carga andi- nas, el llama y el huanaco, se aclimataron en el valle cen- tral y fueron utilizados en él hasta mucho después de la Conquista castellana. Túpaj Yupanqui condujo a Chile nu- merosos mitimaes de tod oel Tahuantisuyu, e impuso go- bernadores o tucuyricuj. Hizo trabajar lavaderos de oro y minas de otros metales. Estableció los confines de sus do- minios en las orillas del Maule, colocando aIlí hitos, y murallas o pircas divisorias. Retomando de Chile, parece que tuvo que dominar otras sublevaciones en la porción central del imperio, con escarmientos muy crueles. Los rebeldes fueron desollados vivos para hacer de sus pieles tambores. La última _expe- dición de Túpaj Yupanqui se dirigió al Oriente por el An- tisuyo, hacia el lado de Paucartambo y el curso inferior del Urubamba, en que hizo plantar muchos cocales. Este ensanche por las zonas de la Montaña, que se continuó igualmente en las entradas de Camata, los Mojos y Santa Cruz, donde Túpaj Yupanqui levantó fortalezas, explica la moda incaica de los queros, vasijas grabadas con ador- nos de influencia amazónica.