EL IMPERIO INCAICO
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nes populares. Al producirse el golpe revolucionario de
1919, que echó por tierra los princiPios constitucionales
consagrados por la experiencia desde 1895, Riva-Agüero se
expatrió voluntariamente y residió en Europa -principal-
meníe en 1talia y España- durante el oncenio dictatorial
de Leguía. En Europa y durante esta etapa publicó un li-
bro de rememoración de su estirpe familiar montañesa ti-
tulado El Perú histórico y artístico (Santander, 1921), en
el que estudió la influencia de los montañeses en la vida
peruana y en el que analizó, de paso, algunas corrientes li-
terarias y artísticas de nuestra historia.
De vuelta al Perú, Riva-Agüero actuó como elemento
directivo y defensor de un programa de orden y de auto-
lidad en la vida política e intelectual. En discursos y con-
ferencias, principalmente en su Discurso de la Recoleta, en
que proclamó su reconciliación con el catolicismo de su
infancia y tradiciones familiares, definió su posición ideo-
lógica con su energía y rotundidad característica y fué
blanco de la odiosidad demagógica, a la que provocara
frecuentemente. A partir de 1934 fué, pasajeramente, Pre-
sidente del Consejo de 7f1inistros, Alcalde de Dma, Deca-
110 del Colegio de Abogados, Director de la Academia de
la Lengua. Alternó estas actividades con la redacción de
ensayos nutridos de erudición y de poderosa dialéctica so-
bre cuestiones históricas y literarias, marcando siempre una
segura y lúcida orientación. Reunió esos ensayos y otros
anteriores en dos tomos que tituló Opúsculos. Por la ver-
dad, la tradición y la patria (Dma, 1937 y 1938). En ellos
aparecen estudios capitales para nuestra historiografía: so-
bre la Atlántida, los precursores de Colón, la civilización de
1iahuanaco, en pugna abierta con Uhle, y sobre la obra de
los misioneros de Ocopa (10'mo 1). 'J-lállanse en la misma
colección el Elogio del Inca Garcilaso (1916), el estudio
sobre el Cuzco español, los admirables ensayos de enjui-
ciamiento de la obra española en el Perú, titulados Lima