EL IMPERIO INCAICO
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que por los tributos que aumentó, se le alzaron los súb-
ditos, y tuvo que amenazarlos con guerra a sangre y fue-
go para lograr que se aquietasen y le pagaran. Ya dije
que Garcilaso, discrepando pOCO de las empresas que ad-
judica a su padre Inca Roja, declara que Yáhuar Huájaj
por medio de su hermano Apu Mayta y de otros Incas
de su linaje, dilató los dominios incaicos hacia el oeste
por la costa del Cuntisuyu hasta incluir en ellos Tarapa-
cá, y por el Collasuyu agregó las provincias de Caranga,
Lípez, Chichas en las Charcas y Ampara. Desquitando al-
guna exageración, no parece falso que por dichos confines
se extendiera ya la influencia del imperio. Huaman Poma
de Ayala repite que por medio de su hijo el Inca Mayta,
que murió en la campaña, conquistó Cuntisuyu, Parina-
cochas, Soras, Luc